miércoles, 25 de febrero de 2009

Coney Island

El martes por la tarde se me ocurrió ponerme a ver Milk. Gran película pero muy muy muy triste.











El miércoles estuve en Coney Island, básicamente paseando, toda la mañana. Es un sitio extraño, en parte porque están desmantelando todo el parque de atracciones, en parte porque tiene una fisonomia anticuada. Es el típico barrio de las afueras de cualquier gran urbe, con altos edificios de ladrillo donde vive la gente.












En el fondo no deja de ser un barrio de inmigrantes rusos que seguramente tendrán que volver a cambiar de situación debido a la especulación del terreno.

























































Antes de llegar a casa me paseé un poco por Prospect Park, en vez de coger el transbordo hasta Franklin Ave.











El resto de la tarde la pasé leyendo apuntes y viendo APM? online en el portátil.

Hoy ha sido aún más tranquilo. He estado en casa de la hermana de Meredith por la mañana porque tenía un trípode de un maigo suyo y he ido a devolvérselo, y hemos estado comiendo bagles y bebiendo café. Después por la tarde he estado arreglando algunas fotos y mirando precios de cosas que seguramente compre antes de volver a Barcelona y, sobretodo, antes de que el dolar suba más, así que seguramente lo haré esta semana para conseguir el mejor precio en euros.

Además hoy llegaba un chico brasileño a casa y ya que tenía cosas que hacer aquí prefería esperarlo. Es difícil que me cae mal alguien con una camiseta de Teen Idols. Así que nos iremos todos, incluida la austrailana que lleva aquí desde el sábado, a la fiesta de Couchsurfing semanal en el Revival Bar.

martes, 24 de febrero de 2009

And the Oscar goes to...

... Noemi! Y es que fue ella la que más contenta estuve esa noche en el Union Bar. Fue la primera y en la frente, es decir, se lo dieron a Pe para horror de muchos pero ella encantada.

Después de unas cuantas horas y de estar hablando de cualquier cosa menos de los Oscar, nos fuimos cada uno a nuestra casa, si es que aquí tenemos de eso.

Lunes de paseo y de gasto. Básicamente ropa interior, porque seguramente por culpa de la laundry se me está haciendo polvo, y por fin tengo a Holly en casa. Y es que la larguísima cola del sábado en Build-a-beard el lunes era tan sólo una familia. Pues a gastar le compré a Juanjo, mi gato karateka, un traje del Nascar. Al llegar a casa me di cuenta de lo deportistas que son mis peluches.

Como no podía ser de otra manera, cogiendo el 6 en Grand Central para ir al East Village, unas españoles, la madre y tres hijas, con apariencia de ser del foro de la familia, se pusieron a mi lado en el vagón. La niñas, o las adolescentes, quería ir al Soho, así que una optó por preguntarme a mi. Muy gracioso oir su (falta de) acento, como oirme a mi misma preguntando. Le contesté en castellano que se podía bajar en Bleeckert St o en Spring St, y que el Soho era muy pequeño, que era mejor que empezaran en Bleekert y bajaran. A partir de ahí empezaron una serie de preguntas del tipo ¿es segura Nueva York? ¿tú no eres de aquí verdad, eres española? y estupideces similares que deberían haber sido preguntas retóticas pero de las que esperaban realmente contestación. Me quedo, igualmente, con la pregunta de la más mayor ¿llevar una lágrima tatuada significa haber matado a alguien? Es que ese hombre de detrás mío lleva dos... Impagable.


Por la tarde descansé más bien poco, llegué a casa y los daneses ya se iban. Ahora sólo está la australiana que llegó el sábado. Fui a buscar a Santi para ir al Arlene's Grocery. Nos despistamos un poco y cuando fui a apuntarme estaba la lista casi llena, y cantar al final allí es terrible: primero porque casi no hay gente, y segundo porque Santi y Tony se tenían que ir a las doce. Noemi apareció más tarde, y me supo muy mal porque venía por verme a mi.

Estuvo bien, pero hubiera preferido estar en el Antikaraoke de Carnaval, y no es porque la compañía en Nueva York no sea buena, porque es excelente, sinó porque ya son muchos días sin verlos.

Hoy he salido a hacer un par de cambios de la ropa que me compré ayer y a caminar por algun sector del midtown que me quedaba por recorrer, empezando otra vez por Chelsea. La intención real era ir a Harlem o incluso hasta Inwood, pero me di cuenta muy tarde que no tenía casi batería. Hacer un viaje de una hora o más para tirar 10 fotos y volver no me parecía razonable.

Por la tarde me he dedicado a las fotos y a ver "Milk", a leer unos apuntes y a hablar por teléfono con Enric.

Por cierto, las hamburguesas veganas congeladas del super de al lado del metro estáb buenísimas.

domingo, 22 de febrero de 2009

Final sorpresa

Estos tes últimos días han sido un poco estraños. El jueves no salimos al Revival en parte por cansancio, en parte porque Elliott trabajaba. La pareja danesa llegó por la mañana y se irán hoy domingo. Muy majos los dos.

El jueves finalmente, debido al aire que hacía, decidí darme una vuelta por Greenwich Village, una parte que desconozco bastante.


































Otra vez, cogiendo el 4 desde Grand Central para ir a Brooklyn, volví a vivir una escena de película ochentera. Me estoy planteando llegarme la cámara cuando sepa que tengo que coger el metro en esta estación. La cuestión es que una mujer le había preguntado a un hombre si el tren iba hasta Franklin Ave, mi parada, a lo que el hombre le había dicho que no, pero a ella no le gustó la contestación. La cuestión es que se estuvieron gritando durante 3 paradas casi, bastante subrealista.

Por la tarde nos fuimos al MOMA toda la spanish bunch, con el añadido de Tony. El museo estaba tan lleno que parecía el metro a les 6 de la tarde, pero siempre merece la pena ni que sea por detenerse en algunos de los grandes.











De allí nos fuimos a cenar al East Village a un tailandés vegetariano que hay en la primera, llamado Pukk. Estaba todo muy bueno, y no era caro, pero sin duda el truco es ir al medio dia, puedes comer por menos de 7 euros. El único problema es qu no hay postres veganos. Como abundaba el cansancio y no la pasta, nos fuimos cada uno a nuestras respectivas casas.












El sábado empezó bastante mal. El dolor de espalda que llevo desde el martes no había mejorado nada. Tenía que quedar con Meredit en la Sofo Photo Gallery para ayudarle a trasladar una caja de vino de allí al teatro donde iba a hacer una performance.











La cuestión es que se anuló el espectáculo y su móvil n funcionaba, así que fui para allí y esperé casi una hora en balde. Por la tarde fui a dar una vuelta y no encontré nada de lo que quería comprar, algo que hacía años que no me ocurría.












Así que empezaba a desesperarme ya un poco. Los planes para salir tampoco estaban claros, ya que por un lado los madrileños iban a ir a un concierto, por otro Tara tampoco sabía que hacer. Finalmente me fui con Elliott y la pareja danesa al East Village. Primero paramos en un bar de St Marks, lleno de gente y sin música, pero con todo el mundo gritando. De allí a comernos unas patatas fritas y a otro garito, uno más tirando a discoteca. Uno de los dj's era el típico encantado de conocerse que se emocionaba solo, capaz de pinchar a Yelle después de AC/DC. Un buen rato después de buscar las chaquetas, fuimos al último sitio de la noche. Un lugar bastante escondido, con un cartel de cartón puesto en una vaya baja. La entrada del local está dentro del edificio, así que no es un lugar al que entres por casualidad. Igual que como en un bar de la ley seca, las botellas las servian en bolsa de papel y el resto de consumiciones en tazas de café. Para mi el mejor sitio de la noche, escuchando música ochentera y sentada en un sofá con una taza de café delante.

Al volver nos encontramos un accidente de tráfico delante de casa. Uno de los coches estaba destroado y había 3 ambulancias y dos coches de policía. Mi habitación parecía una discoteca. Estuvimos cotillenado desde mi ventana hasta que llegó Erga, que venía recoger sus cosas para marcharse a otra cosa. Voltaire se puso nervioso y la arañó, yo me acerqué y también me arañó.

Hoy entre el cansancio y la lluvia he preferido descansar, sobretodo por mi espalda, pero ahora me voy a ver los Oscar con los madrileños.

jueves, 19 de febrero de 2009

trick-or-treat

La noche de ayer hubiera sido perfecta si no se hubiera dado un pequeño incidente. Quedé a cenar con Tara y vinieron dos amigos más de Alexei, Ryan y Matt. La comida del Red Bamboo está realmente buena, y comer "pescado" otra vez sienta bien. Tengo unos cuantos restaurantes veganos de comida falsa fichados a los que me va a encantar ir.

El problema fue cuando Tara se percató de que no tenía su monedero, se lo habían robado. En este país, las targetas de crédito son un verdadero peligro: ni te piden que te identifiques, ni el pin ni te compueban la firma ni miran la foto en caso de que la haya. Encima puedes estar al teléfono media hora para que te den de baja una tarjeta, algo que me cuesta de entender cuando yo he dado de baja visas en 3 minutos. Una hora en el restaurante llamando a todos los bancos, vinieron dos agentes de policía y fueron tan vagos que no hicieron el parte all,. Menos mal que al menos la gente del restaurante se portó muy bien con nosotros y le dieron a Tara la cinta de la cámara de seguridad. Ojalá pueda cancelar todos los cargos.

Hoy amaneció con sol, luego se puso gris, luego volvió a salir, y cuando oscureció empezó a bajar la temperatura peligrosamente. Pero Noemi y yo fuimos a patinar igualmente. Estuvimos dos horas que a ella se le pasaron muy rápido, a mi no tanto porque mis patines eran un desastre y me dolían los pies una barbaridad. Así que a la una ya estabamos fuera y dimos una vuelta por Prospect Park.












Por la tarde, después de comer y descansar las piernas de tanto sufrimiento, me fui a hacer unas cuantas fotos de noche. La ciudad es muy diferente y aunque las fotos de día estan muy bien, las luces de la noche también son interesantes.
























Conseguí otra vez resistir la tentación y no me hice el peluche del Build-a-bear que, seguramente, me compraré en algún momento de debilidad consumista.












Mañana, si el cielo de NYC quiere, iré a Red Hook a echar unas fotos y al MOMA con la Madrid Crew a partir de las 4. Y no, no tengo muchas ganas de salir la verdad. Me refiero a hoy, claro...

miércoles, 18 de febrero de 2009

Brooklyn

Tengo tendencia a que me gusten los extrarradios de las grandes ciudades. Tiene mucha lógica si se piensa que he crecido en L'Hospitalet. Igualmente Brooklyn no deja de ser una antigua ciudad absorvida por la gran urbe, así que además de algunos ghuettos, hay zonas que se conservan intactas.












El paseo empezó subiendo Bedford Ave hasta el puente de Williamsburg.












Es un viaje extraño, desde el barrio de los negros hasta Long Island, pasando por la comunidad de judío ortodoxos. Nunca en la vida había imaginado que viviría tan cerca de ellos. Tiene todo un barrio, con sus colegios, sus tiendas y su propia comunidad, todo escrito en hebreo. Me impactó más el ver como iban vestidas las mujeres que los hombres. Casi todas con el pelo tapado por un pañuelo, la otra parte con sombreros, nada de tacón, todas mocasines. Y falda con medias gruesas de color carne, peinados a los Jackie Kennedy y unos abrigos de los años 40 holgados. No me lo esperaba.




































De allí bajé hasta Atlantic Ave por otra zona que no conocía mucho, Clinton Hills. Es una de las zonas históricas, prácticamente intacta desde su construcción. Lo cierto es que la zona está llena de casas increibles y lo que más sorprende es que a pocas calles hay uno de los barrios más pobres de Brooklyn.
























Y bajando por la Cuarta, y luego por la Quinta, llegué a Park Slope. El sol ya estava tan bajo que las sombras y los claroscuros no me dejanron hacerle justicia, tendré que ir otro día que no esté tan cansada. Pero la zona es también increible.













A pesar de la hora, me fui hasta Prospect Park, simplemente para verlo con la luz del atardecer.












Hoy entra la lluvia, la nieve, el cielo gris y lo que me duele la espalda, he ido de la cama al sofá y del sofá a la cama, quitando que me he hecho la comida y he estado hablando un rato con Elliott cuando se ha despertado. El pobre tiene que trabajar de noche estos días.

Arlene's Grocery

La experiencia del Arlene's Grocery, un Karaoke con banda en el Lower Eastside de Manhattan fue divertida. Por fin conocí a Tony, el amigo del que Santi siempre habla.












El nivel de la gente, salvo dos o tres excepciones, era muy alto. Cono no sabía el funcionamiento exacto del karaoke, no me di cuenta de que había que pedir tema apuntándose en una lista mientras la banda abre el espéctaculo. Así que me quedé sin cantar.












El público es infinitamente más soso y la única performance digan de mención fue la del Flautista de Hamelín, que cantó Creep después de tocar la flauta como si fuera irlandés.












Santi y Tony desertaron a las 12 porque tenían clase al día siguiente y Noe mi y yo nos quedamos una hora más. A mi no me hubiera importado quedarme hasta el final, pero con las obras del metro prefería irme a casa. Llegué al cabo de una hora de haber salido por la puerta.

lunes, 16 de febrero de 2009

El Día de los Presidentes

Hoy es un festivo nacional, pero aquí abre todas las tiendas así que he podido comprar el tinte y los pantalones de American Appareal que hace tanto tiempo que quiero. Si antes de irme me sobran unos cuantos billetes me compraré otros seguro.












Después de la fiesta de ayer, hoy he dormitado prácticamente todo el día. Meredith se fue el sábado a casa de su hermana y Erga está también a punto de irse, pero por fin hoy ya he visto a Elliott, que llegó ayer por la tarde.

Y dentro de un rato con los madrileños al Arlene's Grocery.

Un domingo cualquiera



















Después de comer quedé con Santi para ir a las 4 a una fiesta. Como era bastante pronto fuimos de East Village hasta Chelsea andando, aunque sin entrar en las galerías, algo que tengo pendiente y que junto con algún otro museo haré esta semana. En el camino nos compramos unas Moleskine de NYC, algo con lo que yo soñaba hace ya algún que otro mes.












No encontrabamos el bar de la fiesta así que nos acabamos llendo. Un desastre, todo por no mirar bien el flyer. Lo bueno o lo malo es que paramos a hacer un cupcake de butter cream, Santi a comerlo y yo a fotografiarlo, y mi primer café de NYC.











Fuimos a casa de Santi a comprobar que había pasado y a ver como llegar a casa de Javier y Noemi, y es que habíamos entendido 65 y no 35... aunque por el 35 pasamos también. Estuvimos un rato con Bea y nos fuimos a casa de Javier y Noemi a cenar y a la fiesta de Marcy Hotel en Manhattan. La casa donde viven es brutal, grande, llena de habitaciones, con varias cocinas y baños, aunque no está precisamente nueva, pero es uno de sus encantos.












Y además hicieron comida vegana, lo cual teniendo en cuenta que de los 5 la única vegana era yo, es todo un detalle.












Conseguimos llegar a Oak St en parte gracias a la Moleskine porque no nos indicaron bien, y llegamos fácilmente a la fiesta gracias a la orientación de Javier. Unas buenas risas y primera vez que llego a las 6.30 de la mañana a casa.
























La fiesta seguía pero el house no es precisamente algo que nos motivase, y si aguantamos tanto fue más por las ganas de salir y l a compañía que por la música. Aunque el sitio era bastante interesante, y al menos puedo decir que he estado en una fiesta ilegal en NYC. Qué tampoco es para tanto, sinceramente.

domingo, 15 de febrero de 2009

Weak end

Tantos planes para la semana y al final nada... ya vereis cuando llegue a Barcelona, ¡voy a estar esperando que me saqueis de fiesta cada dia!

Pero no salir por la noche no es, ni mucho menos, sinónimo de no hacer nada. El viernes y el sábado han sido días de marujeo, y el domingo por la mañana tocó hacer la colada otra vez. Y es que no es lo mismo vivir de hotel que en un piso, así que algunos días hay que hacer limpieza.












El viernes salí después de comer hasta East Village a ver tiendas y ya tengo localizadas unas cuantas de segunda mano que están bien, y algunos restaurantes vegetarianos a los que ir. Pero a las 4 había quedado para ir al Withney con los madrileños, así que me subí las 70 calles hasta allí haciendo alguna que otra foto. En vez de subir por la Quinta, esta vez lo hice por Madison Ave.












Resulta que el Pay as you wish es a partir de las 6, y no a las 4 como en el MOMA, así que fuimos al Guggenheim, pero también empezaba a las 6. Así que fuimos a buscar un sitio donde tomar algo, pero no nos convenció ninguno.
























Al final vimos el Guggenheim un poco de pasada pero sin pagar, porque Santi tenía que irse, y Javier, Noe y yo nos fuimos al Whitney, a ver la exposición de Calder y un poco el fondo del museo. De allí salimos a las 9 de la noche.












Y ya que no iba a ir a ninguna parte, me teñí el pelo. No hay fotos del estropicio, cuando lo solvente ya subiré alguna, pero me habeis visto así todos muchas veces. La de aquí es de la parte donde no tengo amarillo pollo.












El sábado fue aún más tranquilo, fuí con Meredith a comprar a J&R, una tienda enorme en Brooklyn Bridge donde venden de todo, y me traje un disco duro de un tera. No es que vaya a hacer un tera de fotos, pero así ya lo tengo comprado, aquí son mucho más baratos.

Después nos tomamos algo en un pub irlandés que había cerca y nos fuimos a casa. Una de las camareras había sido profesora de inglés en Zaragoza y estvue hablando con ella. Meredith se quedó dormida después de cenar, Erga no quería salir y los demás estaba también muertos, así que vi el concurso de mates, me puse una película y a dormir.












Pero el fin de semana aún no ha acabado...