martes, 27 de enero de 2009

You look so good today!

Esas han sido las primeras palabras que he escuchado cuando he salido de casa dirección al metro. Y es que está claro que en esta ciudad una no puede andar muy lejos sin ir escuchando este tipo de cosas. Pero vamos a empezar por el principio.

El viaje de Barcelona a Londres fue muy tranquilo, con un tipo de zaragoza al lado que vivía en Japón hace años y con el que tuve la clásica conversación sobre F1. Prácticamente sin colas, ni en el Prat ni en Heathrow, cuando me quise dar cuenta ya estaba metida en el avión a NYC. Sorprenden los precios de los aeropuertos de otros paises, casi con lo mismo que cuesta una botella de Diet Coke en Barcelona, en Londres te puedes comer además un bocadillo de falafel. Bastante indignante.

Estuve rezándole a Santa Rita unbuen rato para que no me tocase sentarme al lado de una familia británica bastante peculiar. La madre hablando por el móvil con el altavoz puesto y bebiendo cerveza, el hijo mayor, discapacitado, bebiendo también cerveza, el hijo pequeño obeso y hiperactivo y el mediano un rebelde sin causa que se iba metiendo por cualquier parte que estuviera prohibida.

Acabé sentada al lado de Theo, un niño que llevaba un casco de obrero y que se tiró casi todo el tiempo mirando dvd's de Tomás la locomotra. No dormí nada, pero me dió tiempo de leer y de ver a Paul Newman comerse un montón de huevos duros. Sin duda la British Airways es más que recomendable, en los dos vuelos la comida fue estupenda y el personal de cabina es muy amable.

Pasé los controles con mucha facilidad, y en la aduana ni me miraron. Así que dos horas depués de aterrizar, entre la cola de No residentes y el metro, llegué a Prospect Highs con las ruedas de la maleta rotas. La mayor parte de las escaleras no la cargué yo porque se ofrecieron a llevármela en varias ocasiones, pero bajando para hacer el último transbordo las rebenté.

Así que arrastrando la maleta como una condenada, me empecé a pasear por Brooklyn de noche hasta encontrar la casa, estrañamente a la primera. Y dentro me esperaban Elliott, que es mi compañero de piso, la anterior inquilina de la habitación y dos chicos de couchsurfing con los que estuve 4 horas hablando hasta que no pude más y me fui a dormir, depués de la cena vegana que me hizo Elliott.

1 comentario:

  1. Parece que todo va viento en popa y a toda vela, tal y como ya te auguramos todos los amigos.:)
    Los vajes en avión largos y cuando vas sola son de lo mejor, siempre conoces gente y es un buen momento para observar a la gente (uno de mis hobbies preferidos) e inventar historias sobre sus vidas jajaja
    Tan solo acabas de llegar así que prepárate para nuevas experiencias. Dos meses te van a enriquecer mucho y a la vuelta me vas a dar una envidia horrible.
    Un besote y keep on touch my friend

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