lunes, 9 de febrero de 2009

Walking on sunshine

Y es que ya hace días que no llueve ni nieva, y además hoy no hacía viento. Siendo lunes, la mayorparte de museos cerrados y un sol increible, tocaba salir a pasear por la mañana.












Minirecorrido por Wall Street, porque me cansé y en vez de tirar para Rector Street me fui a coger la 5 a Brooklyn Bridge.























El tren llegó justo y cuando me subí tuve un momento de paranoia porque era un tren de la linea roja, aunque en ese andén no paran nunca. Más de una vez ocurre que usan un tren de otra linea y entonces las paradas que ves en el panel no sirven para nada. Hay que ir escuchando al maquinista a ver que dice.











Debo de parecer New Yorker cuando un tipo que entró en el último segundo, seguramente sin fijarse donde se metía, me preguntó si era un 5, y si era un express, y cual era la última parada. A la última pregunta ya no pude contestar. Últimamente la gente me pregunta en la calle y en el metro como si fuera de NYC, no se si es bueno o malo.












Como el tren era express, paso de la 86st a la 125st, es decir, a Harlem tocando al Bronx. Yo no iba tan arriba, pero me despisté, así que tocó bajarse, ir al andén de Downtown y coger un 6 que si paraba en la 110st. Si todo lo que he puesto aquí os despista, imaginad me a mi.























La cuestión era llegar a la parte norte de Central Park y ver los lagos, tanto el de Harlem como la Reserva Jackie Kennedy. He seguido andando hasta Grand Central Terminal, que está en la E 42st.












Es decir, que bajado andando de la calle 110 a la 42, más de la mitad por Central Park saliendo para ver donde estaban ubicados los dos museos que me interesan de la zona, el Guggenheim y el Nacional de Diseño. A partir de la 59, cuando salí de Central Park, guardé la cámara y me dediqué la contemplación de escaparates.

Me paré sacar unas fotos del vestíbulo de la estación, que fué construido con volta catalana por Rafael Gustavino.












Al lado tenía unos chavales españoles, que aunque cualquiera sabe de donde es cada uno por la pinta, es abrir la boca y solo por el vólumen de la voz ya se reconoce. Pero el gran momento del día ha sido en la siguiente parada, Union Square, cuando se ha subido un obrero de la construcción afroamerica, con casco, botas, y martillo, y se ha puesto a cantar un himno religioso. De ahí ha hecho un discurso sobre la importancia de Dios, y ha vuelto a cantar. A partir de ese momento, ha divagado sobre temas como la victoria de Obama, la crisis, la cultura del dinero, la falta de fe o la educación que se le da a los hijos. En este último punto, ha estado un buen rato explayándose con el tema conocido en España como "la culpa es de los padres que las visten como putas". Después ha tocado otro hit popular, el de los padres que sirven a los hijos y los malcrían. Me sentía como si estuviera en una misa evangélica. En Barcelona hubiera hecho lo que hizo la mitad del vagón, irme a otro, pero me iba bien para practicar el inglés. No sé hasta donde fue este atormentador de almas, pero yo me bajé en Franklin Ave para ir a casa y este hombre seguía a lo suyo.

Y es que hay gente predicando en todas partes, pero en las lineas de metro es muy común. Lo mismo reparten panfletos que prestan libros, evangélicos, o se suben a los trenes y te hacen un speech cortito que muchas veces acaba antes de llegar a la parada. La semana pasada un sudamericano hizo algo así, con un inglés tan malo que creo que sólo lo entendí yo y algún hispanoparlente más en todo el vagón - Yisus lof llu.











Por la tarde, a partir de las 6, a estudiar. El gato ya se comporta y aunque sigue con su revanchismo si hago algo que no le gusta, ahora mismo lo tengo aquí al lado dormido. El bicho es listo y sabe quien le pone la comida, le cambia la arena y le hace mimos.

1 comentario:

  1. D'on has tret lo de la volta catalana de Grand Central, eh? ;-)
    Ves emplenant la Muleskine que quan vingui me'n compro una i la copiaré.
    Muaks!
    Joan.

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